Diario Le Monde – París
Sección: Planeta: Roundup / Reportaje Argentino
Christine Legrand
En Argentina, las personas expuestas al herbicida se quejan de afecciones
múltiples
San Jorge, provincia de Santa Fé (enviada especial) –
Cáncers, leucemias, malformaciónes de los fetos¸ abortos espontáneos,
infertilidad, problemas respiratorios, oculares, dermatológicos: la lista de
enfermedades de las que se dicen ser víctimas los habitantes de San Jorge es
interminable.
A 600 km de Buenos Aires, con 25.000 habitantes, San Jorge es una ciudad
ordenada de Santa Fé, una de las más ricas provincias agrícolas de Argentina.
En el barrio pobre de Urquiza, solamente una calle de tierra separa la casa de
Viviana Peralta de los campos de soja donde la aspersión de pesticidas se
realiza por avión.
Es allí cuando se dio cuenta que Ailen, su hija de un año y medio tenía ataques
agudos de asma cada vez que el avión volaba sobre su casa, fumigando. En el
hospital, un pediatra confirmó la presencia de glifosato en la sangre de Ailén.
El glifosato es el ingrediente activo de Roundup, el herbicida diseñado y
comercializado por la companía estadounidense Monsanto. Su uso se extendió
a partir de 1977 en Argentina, pionera en América del Sur. En contacto con el
herbicida, todas las malas hierbas mueren, a excepción de la soja RR
(Roundup Ready), es decir, la soja OMG tolerante a Roundup, creada
por Monsanto.
En San Jorge, el cáncer ha aumentado un 30 % en el curso de los diez últimos
años. Después de cada fumigación, los residentes dicen que sus labios se
azulan, sus lenguas se espesan. Los pollos mueren. Gatos y perros pierden su
pelo. Las abejas están desapareciendo y los pájaros son escasos.
Después de haber sido rechazada por el alcalde, Viviana se dirige a la justicia.
Un juez la escucha y acepta su denuncia y la de 23 familias del barrio contra el
gobierno argentino, las autoridades provinciales y poderosos productores de
soja.
El 17 de marzo de 2009, la justicia dicta un veredicto histórico. Ella prohíbe
toda fumigación a menos de 800 mts de viviendas si la aplicación se realiza
con la ayuda de “mosquitos”, estos tractores que despliegan alas de varios
metros de largo. Y menos de 1500 mts si se realiza por vía aérea.
‘’El glifosato no es agua bendita como nos lo querían hacer creer!’’ exclama
Carlos Manessi, agrónomo y coordinador para la provincia de Santa Fé en la
campaña nacional ‘’Paren de fumigarnos’’. El apunta que la comercialización
de Roundup fue autorizada en la Argentina sin la aprobación previa de estudios
cientificos del gobierno y “sólo un informe de Monsanto, en inglés, no
traducido.”
Los productores de soja están convencidos que Roundup es inofensivo,
‘’prohibirlo es como prohibir la aspirina’’ lanza uno de ellos. La fiebre del oro
verde ganó la mayoría de las provincias argentinas, impulsado por la
demanda de países emergentes y el aumento en el mercado internacional.
Argentina es el tercer productor de soja del mundo y el primer exportador de
productos derivados (aceite y harina). La soja RR ocupa más de la mitad de las
tierras cultivadas, 17 millones de hectáreas.
La Tierra Quemada
En el frío del invierno austral, a ambos lados de la ruta nacional 19 que conecta
Santa Fé y Córdoba, otra provincia rica en agricultura, se extienden fuera de la
vista tierras grises, quemadas por el Roundup en la época del sembrado
directo de la semilla .
Las vacas, habitantes tradicionales de la pampa, se encuentran encerradas en
corrales donde se las alimenta. Cualquier parcela de tierra, hasta el borde la
ruta, está reservada para la soja.
‘’Todos aquellos que hablan del peligro del glifosato son tratados de locos,
ellos son acusados de querer oponerse a la prosperidad del país’’ se indigna
Viviana Peralta. Se le ofreció dinero para que desista. A pesar de las
amenazas, un movimiento de resistencia ha aparecido en varias provincias.
En Córdoba, a 700 km de Buenos Aires, la asociación de madres del barrio de
Ituzaingó Anexo denunció más de 200 casos de cáncer sobre 5000 habitantes.
En la calle, las mujeres usan pañuelos sobre la cabeza, los niños una máscara
sobre la cara. Tratados como ‘’locas’’, las madres han obtenido, en 2009, que
un juzgado prohíba la aspersión por avión a menos de 1500 mts de las
viviendas. Pero estas prohibiciones no siempre se respetan. Roundup tiene la
propiedad de permanecer en la atmósfera durante largos tiempos y de recorrer
varios kilómetros siendo arrastrados por el viento y el agua.
La mayoría de los notables de provincia y de los parlamentarios en Buenos
Aires son productores de soja o han invertido en la siembra de la semilla. La
mayoría de los ingenieros agrónomos trabajan para los fabricantes de
pesticidas. En cambio, los médicos rurales evidencian más y más una pesadilla
para la salud. ‘’Ella afecta a más de 12 millones de personas en Argentina’’
afirma el doctor Medardo Avila Vazquez, coordinador del movimiento de
Médicos de los Pueblos Fumigados.
Sobre la provincia de Chaco, en la frontera con Paraguay, sobre la localidad de
La Leonesa, un estudio oficial ha revelado, en junio de 2010, que en el curso
de los últimos diez años, el cáncer se ha triplicado y que las malformaciones
neonatales se han cuadruplicado.
Una batalla legal se libra entre el pueblo y los productores de arroz, la principal
riqueza de la región. Ellos utilizan el glifosato y practican la aspersión por avión.
El pueblo reclama una distancia razonable entre las viviendas, las escuelas, los
arroyos y los campos de arroz fumigados. También un control oficial de la salud
de los habitantes y del medio ambiente.
‘’No he descubierto nada nuevo, solamente confirmo lo que los otros científicos
habían descubierto’’ explica en Buenos Aires Andrés Carrasco, investigador del
laboratorio de Embriología Molecular del Conicet (Consejo Nacional de
Investigación Científica y Técnica) y de la facultad de medicina de la
Universidad de Buenos Aires (UBA). El estudio de los embriones ha
demostrado que el glifosato es altamente tóxico. Este trabajo, publicado a
finales de 2010, rompió el silencio y ganó el odio por parte de sectores
poderosos. Andres Carrasco fue agredido cuando se dirigió a La Leonesa. La
conferencia que debía dar en el Salon del libro fue suspendida.
‘’Hay pruebas científicas, y sobretodo, hay centenas de personas que son la
prueba viva de la urgencia sanitaria’’ añade el científico. El recuerda que en
Francia y los Estados Unidos, Monsanto ha sido condenado por publicidad
engañosa luego de presentar a Roundup como “100% biodegradable’’.
En Argentina, se utiliza cada vez más Roundup porque las malas hierbas se
volvieron resistentes al herbicida. En 1991, se utilizaron 1 millón de litros de
glifosato. Se elevó a 200 millones de litros en 2009.
Christine Legrand.